Cervantes en Argel, sin fantasías animadas
El historiador Alfredo Alvar cuenta lo que vivió el escritor en su cautiverio, apoyándose en los documentos que existen y lo que se sabe de verdad. Y que el lector juzgue
Retrato de Miguel de Cervantes y Saavedra.
Retrato de Miguel de Cervantes y Saavedra.larazon
Alfredo Alvar Ezquerra
Creada: 15.09.2025 02:29
Última actualización: 15.09.2025 02:29
Inquieto lector:
El 19 de septiembre se cumplen 445 años de la redención del cautivo, Miguel de Cervantes, redención gracias a la cual abandonó Argel y volvió a España.
La vida de Cervantes en Argel se puede seguir con certeza gracias a varias fuentes documentales («fuentes documentales» o documentos fríos, administrativos y no recreaciones ficticias o literarias) que son:
Primero: el aluvión de documentos que generó la solicitud de dinero por parte de la madre para el rescate de Rodrigo de Cervantes y Miguel. El papel de la madre, Leonor de Cortinas, fue de capital importancia. Tan es así que se declaró por escrito al menos cuatro veces viuda aun a pesar de que su esposo Rodrigo vivía. Siendo viuda movía a compasión a aquellos que estuvieran dispuestos a darle dinero. Su protagonismo no se limita a esto, sino que es mucho más complejo e impresionante. Estuvo años al frente de las gestiones y negociaciones para encontrar el dinero necesario, o convertir mercedes reales en especie, en dinero contante y sonante. A muchos de hoy en día les sorprenderá todo lo que hizo por liberar a sus hijos. Entonces las mujeres, entes de Derecho, hacían muchas cosas. El padre también fue actor principal de alguna cosa, de menor importancia siempre a la rueda de su esposa.
Segundo: La cantidad de páginas que nos han llegado como contestaciones a diversas «informaciones» pedidas de parte. Unas de Rodrigo-padre, otras de Miguel incluso en el propio Argel o ya al volver a España. Rodrigo-padre hizo dos «informaciones» sobre los servicios de sus hijos al rey en Italia y sobre el cómo y el cuándo fueron cautivados (se ha perdido la primera; la segunda era una «ampliación» de la anterior y es de 9-XI-1576. Se conserva en el Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Madrid).
Miguel de Cervantes hoy estaría valorado en unos 170.000 euros
Más: Rescatado Rodrigo-hijo, Miguel quedó en Argel. Nuevamente su padre pidió información de los servicios de su hijo Miguel en los últimos diez años, su cautividad y su situación en Argel (es la que llamamos «Información de Madrid», 17-III-1578. Se conserva en el Archivo General de Indias, en Sevilla). A estas alturas, la familia estaba arruinada por los costes de los recates. Más: se conserva una carta de reconocimiento de los servicios de Miguel, hecha a petición suya y firmada por el Duque de Sessa, en la que, entre otras cosas certifica que perdió los papeles cuando fue cautivado. Es muy interesante porque estando cautivo aún, Miguel escribió (misiva perdida) a alguien en la Corte para que acudiera a pedir esta carta al Duque, que la hizo y la firmó (Madrid, 25-VII-1578, se conserva también en Indias).
Más: La famosísima y larguísima «Información de Argel», que solicitó al poco de ser liberado el propio Miguel y que se trata de veinticinco preguntas preparadas por él, que las autoridades cristianas en Argel solicitaron respuesta a quince testigos. Estuvieron declarando desde el 10 al 22 de octubre de 1580 (se conserva también en Indias). Más: Las páginas que Sosa y Haedo dedicadas a la ejemplar vida de Cervantes en Argel, y a la vida en la cueva de Argel y al intento de fuga, o al gran carisma entre los cristianos y aun algunos moros tenía ese Cervantes, son famosísimas. Se publicó esta obra en vida de Miguel, ya sí, escritor. Es la primera vez que se le elogia en un impreso («Topographía e historia general de Argel», Valladolid, 1612, en concreto pp. 184b-185b).
Más: Ya en Madrid, Rodrigo-padre pide otra información sobre la vida llevada por Miguel en Argel. Responden los testigos haciendo hincapié en que le habían visto en Argel con una argolla en el tobillo, o que ya estaba libre en Valencia (Madrid, 1-XII-1580, Archivo de Protocolos Notariales de Madrid). Más: Unos días después Miguel de Cervantes solicitó otra información de testigos sobre el haber estado cautivo en Argel, el coste del rescate y otros extremos (Madrid, 18-XII-1580, Archivo Histórico de Protocolos de Madrid). Más: Junto a todo ello hay alusiones menores procedentes de declaraciones de Cervantes dando fe de otras personas que han estado presas en Argel, porque todas estas declaraciones eran buenas para pedir mercedes al rey y las hacían ¿todos? los cautivos rescatados. Más: por cierto, luego en mayo de 1581 se mandó librar a Cervantes el dinero de una misión (enigmática a día de hoy) que iba a hacer en Orán (los pagos, en Archivo General de Simancas). La «ayuda de costa», el anticipo, lo cobró el 23 de mayo.
Tercero: toda la documentación generada por la Orden de la Trinidad, o de la Corona y la Trinidad para poner en marcha una campaña de redención, que culminó para Cervantes con el pago de los famosos 500 escudos de oro (un escudo era una moneda de 3,4 gramos de oro. El gramo de oro a día de hoy está a unos 99 euros. Miguel estaba valorado en unos 170.000 euros). La documentación del rescate es abundante, también. Dos apuntes por su curiosidad: en el registro del rescate se describe por vez primera físicamente a Cervantes porque de alguna manera habría que identificarlo entre tantos miles de cautivos («rescató a Miguel de Cervantes, natural de Alcalá de Henares de edad de treinta y un años [¡tenía casi 33!], hijo de Rodrigo de Cervantes y de doña Leonor de Cortinas, vecinos de la villa de Madrid, mediano de cuerpo, bien barbado, estropeado del brazo y mano izquierda, cautivo en la galera del Sol». ¡Estropeado!, muchas sorpresas nos va a dar ese adjetivo calificativo. Por cierto: es «Miguel de Cervantes», no Miguel de Cervantes «Cortinas» y aún no es «Cervantes Saavedra». En segundo lugar, además de ese «Registro», ha habido otra «Acta de la redención de Cervantes», copia torpe de ese registro anterior. Un ejemplar ha desaparecido de la Real Academia…, pero era falso. Del acto público de entrega de ese documento, que se creyó auténtico, existen tres copias autenticadas notariales (Madrid, 6-II-1918). ¡Y es que falsificar la vida de Cervantes tiene buenos réditos y da fama!
De todos estos cientos de folios que contienen los documentos de Cervantes, escritos en esa letra llevada por manos gobernadas por el mismísimo Satanás, me vengo a detener en un par de datos de la «Información de Argel» pedida por Cervantes. Lo primero es que pide que se haga «en la ciudad de Argel, que es tierra de moros en la Berbería, a diez días del mes de octubre año de mil e quinientos y ochenta años», habiendo sido «esclavo que ha sido, que ahora está franco y rescatado», porque «estando él ahora de camino para España desea y le importa hacer una información con testigos, así de su cautiverio, vida y costumbres, como de otras cosas tocantes a su persona, para presentarla, si fuere menester, en Consejo de Su Majestad, y requerir le haga merced». ¡Para eso pidió la información, como otros tantos, para acudir al rey a pedir una merced por sus padecimientos por la defensa de la religión y de la dinastía! ¡Por eso se conserva, junto con otros documentos citados más arriba, en el Archivo de Indias, donde se custodia la documentación del Real Consejo de Indias, al que acudió para pedir oficios al otro lado del Atlántico! La decepción, al no lograr ningún oficio fue inmensa: ¡herido en la Batalla, enrolado otros cinco años, cautivo en Argel y todo eso no era suficiente…! En la pregunta XX pedía que se inquiriera a los testigos sobre si «si saben o han oído decir que en todo el tiempo que el dicho Miguel de Cervantes ha estado aquí cautivo no se ha visto en él algún vicio notable o escándalo de su persona, sino que siempre ha dado en palabras y obras, muestras de persona muy virtuosa, viviendo siempre como católico y fiel cristiano, y por tal es de todos y ha sido habido, tenido y comúnmente reputado, digan, etc».
El pecado nefando
Adviértase que por aquel entonces el pecado nefando era considerado, no ya un vicio, sino un delito y si lo hubiera habido, si se hubiera dedicado a la sodomía por acción, u omisión, algún enemigo lo habría denunciado ante la Inquisición al volver a España…, y Cervantes nunca, ni por esto ni por otra cosa, fue juzgado por la Inquisición. Ni aun por judeoconverso, que no lo fue. Como mucho, descendiente en tercera o cuarta generación ¡a saber!, que no es lo mismo. Y, por otra parte, vicios hay muchos: toda acción no virtuosa puede ser viciosa. Como jugarse el dinero del rescate de otros a las cartas, por ejemplo. O abusar de los vulnerables recién llegados, él que era veterano en Argel. O incitar a los amos moros a que se echaran en las jovencillas cristianas. O no hacer nada por recomponer la fe de los que hubiera dubitativos, aquellos «cristianos de Alá» que llamó Bennassar en un ejemplar libro. ¡E incluso refocilarse desde una posición de superioridad con un treintañero ya corrido por la vida, con dos arcabuzazos en el pecho y una mano inútil, por mucha labia que tuviera, que de hecho, la tenía, eso es vicio! En fin, ser un sinvergüenza es ser un individuo vicioso y poco virtuoso. Y retorcer esa expresión hasta donde se puede retorcer es muy retorcido. Por cierto: el rey de Argel era un renegado veneciano. No era un bruto extraído de cualquier sitio. Era de Venecia. Hablar, e incluso dejarse seducir por la poesía y la oratoria de ese cristiano, debía ser entretenido. Poetas como Miguel, hubo muchos en Argel. Por ejemplo, Vicente Espinel.
No voy a extenderme mucho más, sólo en algunas virtuosas exageraciones: un Fernando de Vega, toledano, expresó que «al dicho Miguel de Cervantes, nunca lo ha visto hacer cosa fea, ni oído que haya cometido contra la fe de Jesucristo, antes le ve este testigo vivir, proceder, tratar y comunicar cosas cristianas, limpias, honestas y virtuosas». Callemos esto. O callemos a Cristóbal de Villalón, natural de la villa de Valbuena junto a Valladolid, «este testigo tiene al dicho Miguel de Cervantes por persona honesta, limpio y quieto, y apartado de vicios y malos pensamientos, casto y recogido, no acostumbrado a tratar ni cometer cosas feas que su persona venga a menoscabo, antes este testigo la tiene por tal persona como dicho tiene». Y acallemos la declaración de aquel fraile fray Feliciano Enríquez, carmelita, al cual una persona de la que no quiere dar el nombre (era otro fraile perverso, Juan Blanco de Paz enemigo personal y visceral de Cervantes) había extendido el bulo de que Cervantes había hecho «cosas viciosas y feas», mas intentó cerciorarse de ello y con lo que se encontró fue con que por todo Argel «halló por grande mentira lo que él había hablado por la dicha persona», por lo que ante semejantes falsas acusaciones este pacífico fraile querría que al otro «lo quemen vivo si todo lo que se habló contra el dicho Miguel de Cervantes era todo grande mentira porque, cierto y verdaderamente, todos los cautivos de Argel le somos aficionados al dicho Miguel de Cervantes, que antes nos da envidia de su hidalgo proceder, cristiano, y honesto y virtuoso». ¡Ay, si hubiera habido redes sociales entonces, ¿qué no habría organizado Cervantes al volver a España?!
Luego vino lo de yacer con la tabernera casada y hacerle una hija (Isabel), y su boda con la jovenzuela de Esquivias (Catalina de Salazar o Palacios), a la que siempre mantuvo conyugal respeto (que no sé si carnal, porque no firmaban consentimientos notariales antes de agitar los riñones) y finalmente los escritos de la matriarca del hispanismo feminista y marxista italiano que fue Rosa Rossi, que murió hace más de una década.
Y ya no sigo, por tres motivos: uno por lo dicho; dos porque comprendo que ante el carisma de Cervantes, que despertaba buena envidia por su hidalgo proceder, cristiano, honesto y virtuoso haya quienes no lo alcancen y, tres, porque –espero que– apaciguado lector al que pocas palabras bastan, sepas que llevo unas dos décadas recopilando todos los documentos que existen de Cervantes, y que no me extiendo aquí contando cosas de ese trabajo, que lucirá en escaparates el próximo 1 de octubre de 2025. Si quieres saber de Cervantes-hombre, léete sus documentos, y para el Cervantes-autor, sus obras. Sé, fundamentalmente, libre desde el rigor. Disfrutemos siendo «homines legentes», más que «homines videntes».
Paz y bien.
Alfredo Alvares profesor de Investigación del CSIC y Cronista Oficial de la Villa de Madrid.
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