Todos los ciudadanos no son iguales porque no todos poseen la misma capacidad de crear un partido político. Todos los ciudadanos son iguales para votar pero desiguales para ser votados. El predicado igualitarismo político es una falacia. Por eso, como escribió el gran historiador Ronald Syme, todo régimen político es oligárquico, se llame como se llame.
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