Difícil encontrar un espectáculo más obsceno que un abortista lagrimeando por el sufrimiento de los toros.

Ciudadanos: difícil perder tanto en tan poco tiempo.

Ciudadanos: lo que la naturaleza no da, el número de diputados no lo presta.

Hay un método infalible de conocer la verdad: escuchar a un comunista. La verdad es exactamente lo contrario de lo que dice.

La República Democrática Alemana ni era república, ni era democrática, ni era alemana (convirtió en vagos a los prusianos). El comunismo es la mentira como forma de vida.

Cuando Ciudadanos defendió con entusiasmo los vientres de alquiler se evidenció su necedad. Como el obrar sigue al ser, el necio no puede sino obrar neciamente.

Al capitalismo de mercado, los comunistas (y derivados) contraponen el capitalismo de Estado: unos y otros capitalistas; unos y otros materialistas; unos y otros injustos.

Para la izquierda, controlar el Estado es signo de predestinación: su herencia calvinista.

No hay frase que más fascine a un izquierdista que la de Luis XIV: "El Estado soy yo".

Los izquierdistas miran lo privado como Lutero contemplaba la naturaleza humana: corrupta y sin salvación. Para Lutero salvaba la fe en Cristo. Para la izquierda salva la fe en el Estado. Pero en este último caso la elección no es libre.

No les molesta que haya ricos, sino que los ricos sean otros. Por eso, en cuanto puede, un comunista se construye un palacete. 

El comunismo es un padre incapaz de perdonar a dos de sus hijos naturales: el nazismo y el fascismo. (Hitler, el aliado de Stalin; Mussolini, el socialista fundador del partido fascista).

Cuando un comunista llama fascista a alguien, trata de exorcizarse a sí mismo.

Nada más vacuo que sumarse a lo "moderno" para no ser tildado de "antiguo".

Cuanto mayor sea el presupuesto del Estado, mayor puede ser el botín.

¿Qué se puede esperar de un político que permita, apruebe o promueva la matanza de inocentes (el aborto)? Tropelías, tropelías y tropelías.

A los promotores de la eutanasia puede aplicarse lo mismo que al diablo: que "eran homicidas desde el principio".

Difícil hallar un espectáculo más obsceno que un abortista lagrimeando por el sufrimiento de los toros.

A estos apóstoles de los desfavorecidos se les ve el plumero. Defienden a sus posibles votantes, mientras arrojan a no nacidos y a demenciados al estercolero. 

No es fácil hallar mayor aberración intelectual que calificar como "derecho" matar al propio hijo.

Crear una institución para cada postura del kamasutra parece excesivo.

No parece que el kamasutra haya sido el principal factor de civilización.

Utilizan el matrimonio como papel higiénico, para limpiar sus vergüenzas.

Solo con la entrepierna no parece que se hubiese pintado la Capilla Sixtina.

Dividir a la gente por sus fantasías sexuales es muy zoológico.

Llaman libertad a la barra libre para la entrepierna.

«Se está sustituyendo lo bueno por lo nuevo». Hay gente que se entera de lo que pasa cien años después. Paciencia.

A los modelos de otras épocas -héroe, caballero, cortesano, discreto...- hay que sumar uno del siglo XXI: el tonto del móvil.

Piensan solo en el dinero, disfrazado de "presupuesto", pero "no solo de pan vive el hombre".

Ya lo señaló Chesterton: llaman libertad religiosa a prohibir hablar de religión.

 






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