La abeja se acerca a la imagen blanquinegra
de la reina del cabaret o de la naturista que posa en el peñasco mojado
Trata de tomar el polen con que embadurnarse y sentirse joven y estirada
Pero la mirada de la reina y la naturista se pierde en el infinito
y el polen se queda en un cerco con escamas
Entonces la abeja se ensimisma y descubre un amor vivo.
Una Abeja que vela por ella y le envía oxígeno para que respire,
alas para que vuele y una celda confortable.
Por las noches la Abeja abraza a la abeja y besa su rostro.
Un poema elegante, sugerente y misterioso. Me gusta.
ResponderEliminar