sueñas con la palabra perfecta
con la palabra nueva
terminada parábola
envolvente
capaz de abrazar
el amor
como una libélula que desde arriba
puede contemplar
tu figura sentada
y gesticulante
una epopeya
épica de la palabra
redundante
como el valle
y la fuente
y el gusano
que se duerme en la fronda
y sueña no advertido
por la tostada piel
manchada de rojo
esa Dafne esfumada
sin saberlo
y ese Apolo mortal
que muere de soledad
ante quien explica
el mundo
sin rendir su cabeza
y tumbarse desnudo
ese silencio que rompes
mostrando tu desagrado
como si fueses el centro
la sentencia
pero en Adán y Eva
estaba toda la
humanidad
el único tú que
se necesita
para olvidar
el yo
decrépito
el poema atrapa el instante
lo prolonga, innecesariamente
en el tiempo por la vanidad
del poeta
en realidad
hay fotos
y poemas que hacen inútiles
todas las novelas
realmente
no hay dos poemas
iguales
terrible
la sed de belleza
que nos devora
con la palabra nueva
terminada parábola
envolvente
capaz de abrazar
el amor
como una libélula que desde arriba
puede contemplar
tu figura sentada
y gesticulante
una epopeya
épica de la palabra
redundante
como el valle
y la fuente
y el gusano
que se duerme en la fronda
y sueña no advertido
por la tostada piel
manchada de rojo
esa Dafne esfumada
sin saberlo
y ese Apolo mortal
que muere de soledad
ante quien explica
el mundo
sin rendir su cabeza
y tumbarse desnudo
ese silencio que rompes
mostrando tu desagrado
como si fueses el centro
la sentencia
pero en Adán y Eva
estaba toda la
humanidad
el único tú que
se necesita
para olvidar
el yo
decrépito
el poema atrapa el instante
lo prolonga, innecesariamente
en el tiempo por la vanidad
del poeta
en realidad
hay fotos
y poemas que hacen inútiles
todas las novelas
realmente
no hay dos poemas
iguales
terrible
la sed de belleza
que nos devora
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