Porque él da por sabido todo eso que usted me cuenta... lo
entiende, lo siente... y no lo aprueba; va más allá, está de vuelta y me
restituye a mi prosa de la vida vulgar honrada, me enseña el idealismo del
deber cumplido, me hace odiar los ensueños que dan en el pecado, me revela la
poesía de la moral corriente, que demuestra que el colmo del misticismo
estético, de la quinta esencia psicológica, está cifrado en ser una persona
decente, y que no lo es la mujer que falta a la fidelidad jurada a su marido.
Rivales, Leopoldo Alas "Clarín".
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