Me parece interesante la distinción entre misterio y problema. El ser humano es un misterio, construir un puente es un problema. Pretender conocer todas las “soluciones“ del “problema“ hombre es una aventura condenada al fracaso. Porque el hombre es un misterio, no un problema. Podemos profundizar en un misterio, pero no resolverlo como si fuera un problema. Y, desde luego, pensar que desde las ciencias experimentales se va a comprender a Dios, el hombre y el mundo (los tres grandes temas de la filosofía según Kant), es, no solo ilusiorio, sino científicamente falso, pues cada ciencia tiene su objeto, y el objeto de las ciencias experimentales es lo fenoménico, lo que aparece. Agotar el misterio, lo invisible, mediante pruebas de laboratorio es uno de los principales espejismos de la modernidad.
Fenomenal, Antonio: la distinción entre problema y misterio es del gran Gabriel Marcel, un filósofo injustamente olvidado, pero fundamental.
ResponderEliminar¡A ver si nos vemos!
Nos podemos ver en Madrid o en Valencia si me invitas... ¡Un abrazo!
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