cuando se discute, no ha de buscarse tanto el peso de la autoridad como el de la razón

 Quienes se preguntan, por su parte, qué es lo que opinamos personalmente sobre cada asunto, lo hacen con mayor curiosidad de la necesaria, porque, cuando se discute, no ha de buscarse tanto el peso de la autoridad como el de la razón. Es más, la autoridad de los que profesan la enseñanza incluso constituye un obstáculo, la mayoría de las veces, para quienes quieren aprender, porque éstos dejan de aplicar su propio juicio y dan por válido lo que ven que ha dictaminado aquel al que aprueban29 . Y por cierto que no suelo aprobar lo que tenemos entendido acerca de los pitagóricos, de quienes cuentan que, si afirmaban algo durante el desarrollo de una discusión y entonces se les preguntaba por qué era así, solían responder que ‘él en persona lo dijo’ (‘él en persona’, por lo demás, era Pitágoras30 ): una creencia preestablecida tenía tanto poder que incluso sin razonamiento alguno prevalecía su autoridad.




Comentarios