Numerosos modelos antropológicos han desfilado por la historia humana al abrigo de las letras y las artes que han contribuido a consagrarlos. El héroe, el caballero, el cortesano, el discreto, el filósofo, el orador, el santo, el mártir, el atleta... En fin, muchos, interesantes, poliédricos, fascinantes.
Ahora quiero detenerme en otro modelo: el Homo serialis, que emerge de las series, aunque también está presente en muchas películas hollywoodienses y de otros países.
En resumen podríamos decir que este homo (género homo, por tanto hombre y mujer) es un sentimental destemplado. Su condición sentimental lo hace, lógicamente, imprudente e injusto, porque el sentimiento no sabe de cordura y sin cordura no hay justicia.
Sentimental y destemplado son palabras sinónimas, pues quien se deja llevar por un vago sentimiento no lleva el timón de su nave, esto es, no es templado.
Características de este homo serialis o sentimental destemplado son:
- trabaja mucho e incluso bien técnicamente, pero descuida a la familia
- escaso sentido del compromiso. Puede abandonar a su esposa o esposo e hijos en cuanto se sienta atraído por otro congénere, sea del mismo sexo o del otro
- opta por la cremación y por que desparramen sus cenizas en algún ámbito natural
- no tiene inconveniente en acostarse de inmediato con el primer congénere que le atraiga (destemplanza de manual)
- clama contra las agresiones verbales como llamar negro a un negro. Ahora bien, abandonar al cónyuge o a sus hijos no lo considera agresión, ya que es, en definitiva un acto de libertad, adobado, sobre todo por un buen sentimiento
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