De senectute (Cicerón)

 Los ancianos moderados, no los ariscos ni los inhumanos, pasan una ancianidad llevadera, mientras que la inoportunidad y la inhumanidad han de resultar, por fuerza, incómodas en toda edad.

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En efecto, ni siquiera para el sabio puede ser liviana la ancianidad sino en una circunstancia de gran pobreza, como no puede sino ser gravosa para el necio, incluso en una circunstancia de máxima abundancia.

(§ 9) Las más útiles armas de la ancianidad, Escipión y Lelio, son las artes y las ejercitaciones en la virtud, que, cultivadas durante toda una vida, en el caso de haber vivido mucho y largo tiempo, producen admirables frutos, no solo porque nunca nos abandonan —ni siquiera en el postremo momento de la vida, por más que constituya una cima—, sino también porque la consciencia de una vida bien llevada y de muchas obras bien hechas es el recuerdo más gozoso.

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