Qué es poesía. Por qué leerla. Cómo.

 Hay varios registros en nuestro lenguaje: el más común, el coloquial; otro fundamental es el narrativo: base de todos los cuentos, novelas, películas, historias, leyendas...; otro es el especulativo propio de la filosofía y de las ciencias. Y otro es el poético, caracterizado por el empleo de símbolos, metáforas... Este último es el que permite ir más lejos en nuestro conocimiento y en la expresión de nuestros pensamientos, deseos y emociones... 

Los símbolos y las metáforas amplían el significado de las palabras y de las frases y por tanto permiten decir cosas que no se podrían comunicar con la sola literalidad de las palabras. Por ejemplo, Miguel Hernández, para expresar el dolor que siente por la muerte de su amigo Ramón Sijé escribe: "No hay extensión más grande que mi herida". Desde el punto de vista literal, la oración es falsa. Porque las heridas morales carecen de extensión espacial. Pero en realidad la frase es verdadera, porque la hipérbole sugiere mejor su sufrimiento que si hubiese empleado términos puramente denotativos, tales como "siento un dolor muy fuerte". El símbolo y la metáfora no son exclusivos del lenguaje poético, pero en él adquieren su máximo desarrollo y potencial. 

La novela se puede comparar con el cine y la lírica con la fotografía.

Tenemos necesidad de historias, pero también tenemos necesidad de símbolos y metáforas.

La poesía induce a una lectura lenta, a la atención a las palabras, a valorar la palabra por sí mismas y a no solo verlas como cadena de información.

Lo fragmentario y lo onírico son herencia del Romanticismo.


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