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El discernimiento, la elección de fuentes, es un acto inteligente y libre, por tanto moral. Como tal, ese discernimiento es responsable y, por tanto, ha de responder. Cualquier respuesta de la inteligencia artificial que exija discernimiento de fuentes será un simulacro moral de quien carece de entidad moral, y por tanto, inadmisible.

GPT: define el humanismo renacentista


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Antonio Barnés

El humanismo renacentista fue un movimiento cultural y filosófico que se desarrolló durante el Renacimiento en Europa, especialmente en los siglos XIV y XV. Este movimiento tuvo un impacto significativo en varios aspectos de la sociedad, incluyendo la filosofía, la literatura, el arte, la educación y la ciencia.

Especialmente en los siglos XV y XVI.

El humanismo renacentista se caracterizó por un renovado interés en las obras literarias y filosóficas de la antigüedad clásica, especialmente las de los escritores y pensadores griegos y romanos. Los humanistas renacentistas abogaban por el estudio de las humanidades, que incluían la gramática, la retórica, la poesía, la historia y la filosofía, con el objetivo de desarrollar las habilidades intelectuales y morales de las personas.

Los humanistas, en su mayor parte cristianos, se interesaron también de modo especial por la Biblia y por los escritos de los Padres de la Iglesia.

Algunos de los principios fundamentales del humanismo renacentista incluían:

  1. Antropocentrismo: Se centraba en la idea de que el ser humano es el centro y medida de todas las cosas. Esto implicaba un interés renovado en la condición humana, el potencial individual y la importancia de la experiencia humana.

 

No pensaban que el ser humano fuera el centro y medida de todas las cosas. Pensaban que el ser humano posee una dignidad enorme precisamente por estar creado a imagen y semejanza de Dios.

El antropocentrismo renacentista es tópico porque sugiere un paso a segundo plano de la religión, cuando el interés por esta fue extraordinario: véase la devotio moderna, Lutero, Calvino, el concilio de Trento, la literatura ascética y mística, la fundación de los jesuitas, la mística carmelitana de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, etcétera.

  1. Valorización de la Educación: Se enfatizaba la importancia de la educación para el desarrollo completo del individuo. Se creía que el estudio de las humanidades no solo proporcionaba conocimientos, sino que también fomentaba la virtud y la sabiduría.

 

Virtud y sabiduría se ha buscado desde los griegos y judíos. Recordemos la definición de orador de Quintiliano: vir bonus peritus dicendi.

  1. Resurgimiento del Clasicismo: Los humanistas renacentistas abogaban por la redescubierta y el estudio de las obras clásicas de la antigüedad grecolatina. Creían que estas obras eran fuentes de inspiración y sabiduría.

 

También en la Edad Media se pensaba que las obras clásicas eran fuentes de inspiración y sabiduría. Lo que supone el Renacimiento es un giro estético frente al latín medieval, y una búsqueda y edición de textos latinos y griegos.

  1. Búsqueda del Conocimiento y la Verdad: Se alentaba la investigación y la búsqueda activa de conocimiento. Los humanistas renacentistas estaban interesados en explorar el mundo y comprender la naturaleza a través de la observación y el razonamiento.

La investigación y búsqueda activa de conocimiento está vigente en occidente al menos desde los presocráticos, sofistas, Sócrates, Platón, Aristóteles, epicúreos, estoicos, ciencia helenística, compendios romanos, ciencias monásticas medievales… Es decir, desde 2.000 años antes del humanismo.

  1. Énfasis en la Individualidad: Se reconocía y celebraba la individualidad y la singularidad de cada persona. Esto se reflejaba en la valoración de la creatividad, la expresión personal y el desarrollo de talentos individuales.

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Esto queda cojo si no se señala que el diálogo es el género literario preferido de los humanistas. Vivían en una conversación constante con sus amigos. El individualismo es más bien una opción de la filosofía moderna, que sustituye el diálogo por el tratado y rompe con la tradición o lo intenta.

En cierto sentido la Edad Media es más creativa que el Renacimiento, al menos en literatura, porque los autores no se sienten sujetos a la imitación de los antiguos y crean una literatura híbrida. 

El humanismo renacentista influyó en diversas áreas, desde la forma en que se concebía la educación hasta la producción artística y literaria. Además, sentó las bases para la posterior evolución del pensamiento moderno y contribuyó al surgimiento de la ciencia moderna.

La escolástica de origen medieval siguió completamente viva durante la Edad Moderna. Véase, por ejemplo, la Escuela de Salamanca o el insigne padre Suárez. Sin la escolástica no habría Filosofía moderna porque esta carecería de lenguaje.

Evidentemente el humanismo influyó en la posteridad, pero no menos lo hizo la escolástica. Hay más continuidad que ruptura entre la Edad Media y el Renacimiento, como bien ha demostrado Kristeller.


Lo más relevante para la vida humana no son los hechos, sino la interpretación de los hechos. Los hechos no dicen nada; dice el que los lee. No existe una sabiduría "anónima". En cuestiones relevantes, en el ámbito del espíritu y no de la naturaleza, el chat gpt es un fraude. Solo el pensamiento de un autor merece la réplica de otro autor. Pensamiento de una máquina es contradictorio en sus términos.

El Renacimiento y el Humanismo son fenómenos extremadamente complejos. El estudioso es un caballero que ha de luchar constantemente contra el gigante de la simplificación. Conviene leer alguna obra de Kristeller, Chastel o Burke sobre este periodo.
No se puede contraponer humanismo y cristianismo. El Renacimiento surge, en primer lugar, como un movimiento de renovación estética, particularmente de la lengua, el latín. Se busca en los autores latinos de la antigüedad una purificación del estilo de la baja escolástica.
El intelectual del Renacimiento está intensamente preocupado por la renovación de la vida cristiana y de la Iglesia. Se redescubren los Padres de la iglesia en sus textos, se estudia con fervor la Sagrada Escritura, se busca la pureza de los inicios: desde Petrarca hasta Erasmo, desde Pico della Mirandola hasta Vives, pasando por (Santo) Tomás Moro, el Renacimiento es, en cierto sentido un movimiento más religioso que la Edad Media, pues nace con la devotio moderna, un deseo de piedad personal que culminará, precisamente, en la eclosión de la mística española.
El redescubrimiento del cuerpo humano en el arte no significa un antropocentrismo que deje de lado a Dios, porque el hombre se ve como imagen y semejanza de Dios. El Renacimiento no es disyuntivo: o Dios o el hombre, sino copulativo: Dios y el hombre.
Leamos a Burke: "Si queremos estudiar el Renacimiento en términos de «secularización», al menos deberíamos ser conscientes de que estamos aplicando a este período categorías posteriores". (El Renacimiento italiano. Cultura y sociedad en Italia).
Como dice Kristeller en El pensamiento renacentista y sus fuentes, Fondo de Cultura Económica, México, 1982, “en la Italia renacentista, el humanismo y el escolasticismo aristotélico no eran tanto dos corrientes ideológicamente opuestas –y mucho menos representantes de una filosofía nueva y otra antigua-, sino dos campos de interés coexistentes”.

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