Un centro educativo que no solo pretenda formar "homines habiles", sino, sobre todo, "homines sapientes"
Según Kristeller, "un humanista era un maestro de las humanidades, o studia humanitatis", y "el término humanidades significaba un ciclo de disciplinas compuesto de gramática, retórica, poesía, historia y filosofía moral".
Un centro educativo que no solo pretenda formar "homines habiles", sino, sobre todo, "homines sapientes" ha de privilegiar estas disciplinas: gramática, retórica, poesía, historia y filosofía moral, añadiendo danza, música y artes visuales.
Conocer la lengua, persuadir con ella, expresar el misterio, cultivar la memoria, aspirar a ser bueno, vivir en armonía con el cuerpo, escuchar a los ángeles y contemplar la belleza.
Esto es verdadera educación: transformar el rebaño en communio personarum, humana, capax Dei.
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