El sueño de la tecnología es reconstruir al ser humano a través de la imagen

 



El hombre, deslumbrado consigo mismo, fabrica su doble, su espectro inteligente, y confía la tesaurización de su saber a un reflejo. Una vez más estamos en el ámbito de la ilusión cinemática, del espejismo que produce la precipitación de la información en la pantalla del ordenador. Pero lo que se ofrece es justamente información, no sensación: se trata de la apátheia, esa impasibilidad científica que hace que cuanto más información está el hombre, tanto más se extienda a su alrededor el desierto del mundo. La repetición de la información (ya conocida) perturbará cada vez más los estímulos de la observación extrayéndolos automática y rápidamente no sólo de la memoria (luz interior) sino, ante todo, de la mirada, hasta el punto de que, a partir de entonces, la velocidad de la luz limitará la lectura de la información y lo más importante en la electrónica informática será lo que se presenta en la pantalla y no lo que se guarda en la memoria.

"Ver desfilar un paisaje por la ventanilla del vagón y del coche o mirar la pantalla del cine y del ordenador como se mira a través de una ventanilla, a menos que el vagón o la cabina se transformen a su vez en salas de proyección...ferrocarril, coche, jet, teléfono, televisión...nuestra vida entera transcurre en las prótesis de los viajes acelerados, de los que ya ni siquiera tenemos conciencia... 'la necesidad de peregrinación ha terminado por colocar la fijeza de la vida en el desplazamiento' "

Gaston Rageotm L´homme standard, extraído de VIRILIO, Paul, Estética de la desaparición, Anagrama, Barcelona, 1988, pág 68-69

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La industria del cine entrará en crisis cuando deje de producir días ficticios y aspire a la verosimilitud.

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