una daga hirviendo divide en dos el fino vientre de las violetas

una daga hirviendo divide en dos el fino vientre de las violetas
que quedan aprisionadas sin la cola del zorro
el desgarro entristece a las amapolas
que contagian al tulipán de una nostalgia irresistible

parece que la tarde no se acababa nunca
hundiendo el bostezo en un continuo erizo
pero hubo un aliento de vida
y la mano se llenó de un candor perfumado



Comentarios