Para ser poeta moderno


Para ser poeta moderno
Hay que gritar desde el abismo
Desde un vómito a punto de salir
Por los cinco poros.
Sentirse basura en un callejón con
Olor a orín tras una borrachera y
Una orgía con desconocidos.
Solo entonces pueden ser auténticos
Nuestros versos al constatar que también
Vivimos en el eructo verde con carraspeo
De tabaco adictivo y pantalones raídos
Y húmedos de alcohol derramado.
No es nuevo. También Ulises descendió
Al Hades, y Eneas, y Dante… Para salir
Del infierno primero hay que entrar en él.
El poema moderno no debe parecer poema
No rimar ni medir las mismas sílabas.
Las palabras han de salir con la misma
Irregularidad de la náusea que te oprime
El pecho. En Homero, Virgilio y Dante el
Infierno era metáfora de la vida. Ahora
La vida es metáfora del infierno
Y los versos el relato del descenso y
Las peripecias en él. El poeta antiguo
Trasmutaba su vida en símbolos.
El actual transmuta los símbolos en vida.
La poesía moderna es el flujo verbal del
Diván. Confesión poética.
La cuestión es que, como Dante, necesitamos
Una mujer al otro lado que realmente nos saque
Del abismo. La diferencia radica en creer o no
Creer que existe esa mujer.
Yo creo y al creer el infierno deja de serlo.


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