Al mirar hoy la arena de Verona


Al mirar hoy la arena de Verona
me acordé de los juegos gladiatorios
do la chusma gritaba y los jolgorios
inundaban el aire, y la leona
tras saciar su gran hambre con persona
de cristiano ya niño o vejestorios
aguardaba quizá los desposorios
de nuevo emperador en vieja Roma.
¡Oh Verona, que cambiaste la sangre
de los muertos por bares de verano
y filas de turistas en chancletas!
Derrama algo de ese ácido vinagre
sobre quien anheló ser buen romano
sin sufrir el veneno de las setas.



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