El intelectualismo de los científicos no se contenta con renunciar a la construcción metafísica; subrepticiamente se ha ido él también haciendo dogmático. Como los métodos que emplea son fructíferos cuando se aplican a los objetos convenientes, ha ido formándose la creencia de que son aplicables a todos los objetos, y más generalmente, de que son los únicos posibles de aplicar. El intelecto, no sólo se ha recluido en el laboratorio, sino que ha pretendido recluir en él también al espíritu todo. El modo de pensar científico aspiraba a extenderse a la vida entera y sujetar a sus procedimientos toda la actividad humana. Tal es la esencia del positivismo: la inteligencia renuncia al absoluto, pero es para recabar un dominio despótico sobre todo lo humano.
Manuel García Morente: La filosofía de Henri Bergson, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, Madrid, 1917, pp. 32-33.
Manuel García Morente: La filosofía de Henri Bergson, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, Madrid, 1917, pp. 32-33.
Comentarios
Publicar un comentario