En la novela El curioso impertinente, inserta en Quijote I (33-35), leemos "respondió Lotario con tanta prudencia, discreción y aviso, que Anselmo quedó satisfecho de la buena intención de su amigo". Si rastreamos en el Tesoro de la lengua castellana o española de Sebastián de Covarrubias, podemos llegar a alguna conclusión:
Prudente: el
hombre sabio y reportado, que pesa todas las cosas con mucho acuerdo.
Reportado: el hombre de buen seso. Reportarse: volver uno sobre sí y refrenar
su cólera.
Discreción, la cosa
dicha o hecha con buen seso (tómase el seso por el juicio y la cordura).
Aviso: la
advertencia o discreción. Avisar: advertir. Avisar para adelante, escarmentar.
Parece que la virtud es la virtud que engendra la
discreción. Y que el aviso es la cualidad del discreto, su norte en el hablar y
en el obrar.
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