Jesús Cotta:

Muchas maravillas ocurren delante de nuestras narices, pero no las vemos los que fuimos arrojados del paraíso. Por fortuna los poetas las entrevén a veces y nos transmiten un chispazo de esa maravilla en sus poemas. 

NEVER EVER 

Imaginaos que un viento de belleza 
recorriese el invierno 
o que hubiera jardines, no países, 
imaginaos el mar recibiendo visitas 
a la hora del té, 
que a las estatuas les creciesen ramos 
de flores en su bronce viejo y frío, 
que los espejos 
nos vieran como somos y pudieran decírnoslo, 
que por toda la tierra fuesen juntos y libres 
gacelas y leones, 
que alguien dijera 
Le temps s’en va, le temps s’en va, ma Dame 
y una mujer cayese enamorada en medio de la calle 
o que un beso, un abrazo 
no fuese más que un beso y un abrazo 
y no epílogos, prólogos, epítomes, contratos, 
que viésemos el mundo como Adán pero llevásemos 
corbatas de Loewe. 
Tan solo imaginaos. 
Nunca aquí lo veréis, con nuestros ojos ciegos. 

(Las propiedades del aire, de Enrique Baltanás)


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