Virgilio en la iconografía dantiana y quijotesca

Homero inspira a Virgilio, pero Virgilio no cita a Homero en la Eneida. La presencia de Homero y sus obras en la Eneida es implícita, no explícita. Virgilio inspira la Divina Comedia de Dante. Y Dante no solo cita a Virgilio, sino que lo convierte en personaje importante de su obra. En realidad, Dante atraviesa el umbral de su poema y aparece como personaje. La inspiración literaria de Virgilio en Dante se escenifica en la relación entre el poeta latino y el toscano en el propio poema, donde Virgilio es guía de Dante.
Dada la presencia explícita de Virgilio en la Divina Comedia, es natural que se muestre abundantemente en la iconografía del poema.

 "Entonces se puso en marcha y yo seguí detrás de él". Infierno, canto I.


"Tan perdidos somos que es nuestra condena vivir sin esperanza en el deseo". Infierno, canto IV.


"De este modo vi reunida la hermosa compañía de aquel príncipe del sublime canto, que vuela como el águila". Infierno, canto IV.


"Poeta, quisiera hablar a aquellas dos, que van juntas y parecen más ligeras con el viento". Infierno, canto V.


"Amor nos condujo a la misma muerte: Caína espera al que nos arrancó la vida". Infierno, canto V.


"Me contestó: "Tu ciudad, tan llena hoy de envidiaque ya colma la medida, me vio en su seno en vida más serena. Vosotros, los ciudadanos, me llamasteis Ciacco"". Infierno, canto VI.



Virgilio está también presente en el Quijote: implícita y explícitamente. Recordemos las referencias explícitas.
Pero Virgilio no es un personaje de la novela, no está personificado. Es difícil que Virgilio aparezca en la iconografía quijotesca. Examinemos los grabados de Doré. Hay una buena selección y reproducción de las imágenes en Gustavo Doré, Ilustraciones. Grandes obras, Edimat, Madrid, 2012. Gustavo Doré (1832-1883), ilustró muchos textos. Los que a nosotros nos interesan son la Divina Comedia (1861), y el Quijote (1863).



Esta lámina ilustra el capítulo I de la primera parte del Quijote, en que leemos: "Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamentos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo". Aquí no está Virgilio explícitamente, pero sí todos los libros que han influido en Alonso Quijano. Y sabemos que leyó a Virgilio: "—Si mal no me acuerdo, yo he leído en Virgilio aquello del Paladión de Troya, que fue un caballo de madera que los griegos presentaron a la diosa Palas, el cual iba preñado de caballeros armados, que después fueron la total ruina de Troya; y, así, será bien ver primero lo que Clavileño trae en su estómago". (II, 41). Declaración de la que procede el título de este blog.



I, 18: "Esto diciendo, se entró por medio del escuadrón de las ovejas y comenzó de alanceallas con tanto coraje y denuedo como si de veras alanceara a sus mortales enemigos". ¿Está aquí Virgilio? No, pero es un pasaje que satiriza la épica, madre de las caballerías.



I, 32: "y este Diego García de Paredes fue un principal caballero, natural de la ciudad de Trujillo, en Estremadura, valentísimo soldado, y de tantas fuerzas naturales, que detenía con un dedo una rueda de molino en la mitad de su furia, y, puesto con un montante en la entrada de una puente, detuvo a todo un innumerable ejército, que no pasase por ella". Este pasaje es interesante porque plantea la distinción entre hazañas históricas e inventadas.

"Don Quijote, atado de la mano por Maritornes. Primera parte, capítulo 42", leemos en el Doré de Edimat (p. 40). Pero la escena es del capítulo siguiente, el 43. Este episodio se ha relacionado con la leyenda medieval de Virgilio.

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