Me llama la atención tanta insistencia en las "competencias y habildades" de los alumnos. Tengo para mí que detrás de la jerga se esconde una concepción antropológica de homo habilis, de mono de circo, vamos. Pero, que yo sepa, somos homo sapiens, u homines sapientes (y feminae sapientes)... Somos seres pensantes y lo más útil (oh, paradoja) es aprender a pensar, y pensar libremente.
Veo un poco orweliano que tengamos que desarrollar las competencias y habilidades que el Gobierno de turno ha enumerado en sus farragosos decretos. Me suena a normativización zoológica.
Entiendo que el objeto de la educación es enseñar a leer y a escribir. A leer entre líneas y entre libros (intellegere); a distinguir lo superfluo del cogollo (putare); a discernir el grano de la paja (pensare); a agrupar lo disperso (cogitare); a saber manejar la mente (intendere). A leer y escribir. A salir de la órbita del yo y leer a otros, a entender los textos de otros (¡qué difícil!). A conocer nuestro pasado para comprender el presente y construir el futuro.
Leer mucho, escribir mucho, dialogar mucho. Salir del analfabetismo tecnológico y entrar en el universo de los libros: ese es el ámbito del homo sapiens.
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