Mitologema nacional

El Quijote no es solo una gran novela. Es una lente a través de la cual intelectuales de la talla de Galdós, Valera, Costa, Ganivet, Maeztu, Azorín, Unamuno, Ortega y Gasset... han tratado de comprender a España y a los españoles: su pasado, su presente y su futuro, y desde el mito, han aspirado a trasformar y a trasformarnos.
Non scholae sed vitae discimus. No aprendemos para la escuela sino para la vida. El Quijote es una obra clave para entender el pensamiento y la historia españolas.
De ahí que obras como Don Quijote, mitologema nacional, de la doctora en Filología Ángeles Varela (Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2004) no es un libro más de los infinitos sobre el Quijote. No. Es un libro clave sobre una cuestión clave.
Ahora estamos en crisis. Que Dios nos libre de los analistas financieros, de esos que creen que los problemas antropológicos y morales se curan solo con técnica.
Necesitamos un debate a fondo, que vaya mucho más lejos de la prima de riesgo y las agencias tributarias.
El Quijote es un buen camino. ¿No es la nuestra una democracia sanchopancesca huérfana de don Quijote? ¿No son muchos de nuestros políticos nuevos ricos a los que se le van los ojos detrás de los coches oficiales, los langostinos y el amante fácil?
Sancho se marchó de la Insula Barataria. No se hallaba sin don Quijote quien, por cierto, le impartió un acelerado curso de gobierno.
¿Qué Relox de príncipes estudian políticos y yernos reales?
Volvamos a las lecturas noventayochistas del Quijote. El libro de Varela es una excelente guía hacia esa cumbre.

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