La casa del Verde Gabán




Leo en La Vanguardia el artículo "La casa del Verde Gabán" firmado por Enric Juliana. Se destaca una entradilla: El reformismo llegó a España con el emperador Carlos; ante Lutero, Trento y Felipe II lo cercenaron | Hay un rastro de Erasmo en 'El Quijote', que -con la que está cayendo- merece ser releído y evocado. No obstante creo que ya hubo bastante reformismo -también eclesiástico- con los Reyes Católicos -piénsese en Cisneros-. Al decir que "ante Lutero, Trento y Felipe II lo cercenaron" (el reformismo), parece que Carlos V no se opuso especialmente a Lutero, cuando lo cierto es que le hizo frente personalmente con gran contundencia y se lamentó en Yuste, una vez jubilado, de no haberle matado (sic). Afirmar que el concilio de Trento no es reformista, cuando propició una de las mayores revoluciones culturales de occidente, el barroco, es un poco arriesgado.
Sin afán de polémica -sino de diálogo-, tampoco comparto la afirmación de Juliana de que el Caballero del Verde Gabán es "uno de los personajes más interesantes y crípticos del Quijote. Un agente doble". Ni lo veo críptico ni especialmente interesante. Lo considero representante de un humanismo aburguesado, diverso del humanismo exaltado de su hijo filólogo-poeta. Eso sí, el episodio es muy relevante porque en él don Quijote realiza su espléndido elogio de la poesía para protagonizar después el famoso episodio de los leones.
Por cierto, no me deja de asombrar el empeño de establecer una geografía física del Quijote a partir de su geografía literaria. La ficción es ficción.
Sigamos. Escribe Juliana: "Don Diego de Miranda era un agente doble. Labrador rico, sin desmesura, amable, comedido, austero, observador, muy observador (miranda), se presenta como un católico de misa diaria, muy devoto de la Virgen María. Era pillo Cervantes. Sabiendo que se jugaba el tipo ante la Inquisición, dibujó el prototipo del español erasmista -el español que no pudo ser- y cuando lo tuvo perfilado lo cubrió con el manto de la Virgen para no levantar sospechas. Todos los expertos coinciden en el eco erasmista del Quijote. Francisco Rico, que está a punto de publicar un nuevo libro (Tiempos del Quijote) sobre las lecturas que se han hecho de la novela a lo largo de la historia, lo certifica".
Me admira ese modo de análisis filológico, muy de Américo Castro, que no comparto: "el autor dice A, pero realmente quería decir B". Me gusta más la filología de Anthony Close, esa filología que respeta el texto y su contexto.
Por lo demás, al propio Rico le he oído que Erasmo estaba muerto y bien muerto en la época de Cervantes (muerte espiritual, se entiende).
No sé yo por qué tanto empeño en erasmizar lo erasmizable, o sea, todo. No sé yo por qué tanto fervor por Erasmo... En cualquier caso, los análisisis bipolares -Carlos V bueno, Felipe II malo; Erasmo y Lutero buenos, Trento malo...- son tan simplemente reduccionistas que casi no alcanzan el calificativo de falsos.

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