El amante liberal

Tras La gitanilla, la siguiente novela ejemplar es El amante liberal.

La leo con cierta dificultad, no sé si por el calor de Bolonia, o por la propia estructura narrativa del relato. Es muy diferente a La Gitanilla: menos acción, largos discursos y, sobre todo, (pienso), personajes menos atractivos. La Gitanilla y su enamorado don Juan (Andrés Caballero entre los gitanos) poseen una gran personalidad. Ricardo, aun cuando al final muestra la liberalidad que da nombre a la novela, en buena parte de la historia se nos muestra como un estoico apesadumbrado. Y Leonisa, en fin, es hermosa, lo que sabemos de oído, pero carece de la inteligencia y de la resolución de la Gitanilla.

¿Qué puntos de contacto encontramos?
La madeja amorosa, más intensa en El amante...
La libertad: ambiente libre de los gitanos / cautiverio de Ricardo y Leonisa. La experiencia argelina de Cervantes fue decisiva y el amor a la libertad le sale por los todos poros.
Los celos, más acentuados en El amante liberal
La hermosura como fuerza irresistible que enciende un fuerte amor.
La virtud, causa de éxito. La discreción de la Gitanilla y la liberalidad de Ricardo. Pero así como la discreción está presente en toda la acción novelesca de La Gitanilla, la liberalidad de Ricardo en El amante liberal, aunque puede preverse, porque el joven madura en la adversidad, aflora al final, y esa virtud logra el final feliz: el amor de Leonisa.
El deus ex machina: anagnórisis en La Gitanilla y combate marítimo entre turcos en El amante liberal. Pero aún así, en la primera, la discreción, la sensatez prepara el final feliz; mientras que en la segunda parece más bien un golpe de la fortuna o de la providencia. Porque la sagacidad de Ricardo y Leonisa para engañar a Halima y Hazán no está muy desarrollada ni lograda.
Así como en la Gitanilla está muy claro que la conjunción discreción-honestidad gobiernan su hermosura y, a la postre, toda la novela; en El amante liberal encontramos un marco esencialmente estoico: ventura (27 veces); suerte (6); fortuna (6), hado (1)... frente a Dios (11) y cielo (14) -si es que cielo hay que entenderlo siempre como sinónimo de Dios o expresar una concepción providente, que no tengo claro.
Una virtud narrativa de la novela es el comienzo in medias res con la imprecración de Ricardo; y un defecto, en mi opinión, la extensión de los discursos en detrimento de la acción.

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