Investigación Literaria
Antonio Barnés descubre el conocimiento de los clásicos de Cervantes en ‘El Quijote’
El investigador sevillano recibió ayer el premio Cátedra de Cervantes por su obra ‘Yo he leído en Virgilio’, una adaptación de su tesis
M. Moya / Ciudad Real
Antonio Barnés Vázquez recibió ayer el premio Cátedra de Cervantes por su obra Yo he leído en Virgilio, una adaptación de su tesis doctoral, en la que analiza la influencia de los clásicos en la obra cumbre de Cervantes.El título de la obra hace referencia a una cita textual que aparece en El Quijote, en boca del Ingenioso Hidalgo, y quizá la más significativa al tratarse del autor al que más referencias hace a lo largo de la obra.
En total, Barnés ha encontrado más de 1.200 referencias a autores griegos y romanos que quedan plasmadas, según su autor, en la caracterización de personajes, las imágenes poéticas, etc.
Ovidio, Homero, Séneca, Ptolomeo o Pitágoras son algunos de los nombres propios en los que se fija Cervantes tomando para la construcción del Quijote, según explica este investigador, el modelo aristotélico de verosimilitud «hasta entonces desconocido en las novelas de la época, que se servían de prototipos».
Así, según Antonio Barnés, uno de los aspectos más interesantes es que el Quijote es un personaje de carne y hueso, aparte de definirlo como un personaje poliédrico al querer ser muchos otros personajes, «no sólo Amadís de Gaula, sino Alejandro Magno, Julio César, Catón e incluso Sócrates por los diálogos que mantiene de forma constante con Sancho», su alter ego, «de ahí su riqueza y complejidad».
Así, para este estudioso, el Ingenioso Hidalgo no es un simple Caballero andante, sino «un humanista andante», lo que por otro lado, según apunta, le salva de la trampa de la locura, a la que se enfrenta gracias al conocimiento de los clásicos.
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