No hay nada más «enriquecedor» que una persona con cosas que enseñar y que decir, con una intimidad «llena», rica. El fenómeno del maestro y el discípulo radica en transmitir un saber teórico y práctico, y también una experiencia de la vida. La misión de la universidad se podría explicar como el intento de construir una comunidad de diálogo entre maestros y discípulos, y de intercambio de conocimientos entre personas, y no sólo un lugar donde aprender unas técnicas. El maestro congrega porque tiene algo que dar a los discípulos.
R. YEPES STORK; J. ARANGUREN ECHEVARRÍA, FUNDAMENTOS DE ANTROPOLOGÍA, EUNSA, PAMPLONA, 2003., CAP. 3.
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